Las diferentes estaciones pueden aumentar la exposición de los trabajadores a lesiones graves, como huesos rotos, laceraciones y cortes severos, amputaciones, electrocución, productos químicos y lesiones en la cabeza.

Primavera

Las tormentas y las inundaciones primaverales crean o intensifican los peligros para las personas que trabajan al aire libre. Algunos ejemplos incluyen el derrumbe de zanjas, la caída de cables de alimentación y actividades de limpieza de inundaciones.

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Verano

Los peligros de incendio, el aumento de las actividades de construcción y el calor exterior aumentan los riesgos de lesiones en personas que trabajan al aire libre durante los meses de verano.

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Otoño

La lluvia, el viento, la niebla y las horas de luz más cortas pueden aumentar los peligros para aquellas personas que trabajan al aire libre en los meses otoñales. Esto puede incrementar los riesgos de lesión cuando se operan equipos o vehículos, o puede aumentar las probabilidades de resbalones, tropezones y caídas.

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Invierno

El invierno puede ser frío y puede exponer a peligros a las personas que trabajan al aire libre. Estos peligros pueden ser las condiciones peligrosas de caminos y las temperaturas de frío extremo.

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